viernes, 22 de marzo de 2013

La literatura comparada y el PSOE


Las hemerotecas, como las fotos de antiguos o antiguas novias, a veces se vuelven incómodas. Todavía recuerdo cómo en la novela "1984" de George Orwell los comisarios de la policía del pensamiento se dedicaban a quemar antiguas noticias de prensa que podían contradecir la actualidad. No nos engañemos, nuestras pequeñas disciplinas académicas son también reflejos en miniatura de la Historia de España. Precisamente, los albores de una Literatura Comparada llegaron a España con la vuelta de Claudio Guillén desde Harvard (en la fotografia, la Divinity School), no por casualidad cuando parecía que el PSOE iba a cambiar España en todos los órdenes. FRANCISCO GARCÍA JURADO
Supone una curiosa experiencia leer hoy, a 24 de septiembre de 2012, lo que se contaba en las lejanas brumas de enero de 1983. El prometedor futuro previsto, en realidad, poco tiene que ver con lo que ahora somos. España cambió, sí, pero de otra manera, a golpe de puros habanos, de camisas de seda y de BMVs, como vio muy bien Antonio Muñoz Molina en su novela "Ardor guerrero". Los estudios de Literatura comparada eran una esperanza en el triste panorama de nuestra universidad, tan reglamentada, tan compartimentada siempre, tan suya. Pero aquella implantación suponía, ante todo, una cambio de mentalidad. Ahora, cuanto más leo a Claudio Guillén o a alguno de sus maestros, como Harry Levin, me doy más cuenta de ello, y de la imposibilidad de que ciertas cosas puedan tener cabida entre nosotros. Individualmente somos personas creativas y podemos llegar a ser los mejores de entre los mejores, pero otra cosa es ya cuando nos movemos en grupo. En fin, leed lo que se contaba sobre el Comparatismo y el PSOE en el diario EL PAÍS del año 1983 y sacad vuestras propias conclusiones. Es posible que aún sean más duras que las mías:

Claudio Guillén incorporará los estudios de Literatura Comparada a la universidad española. El hijo del poeta Jorge Guillén, decidido a dejar Harvard para regresar definitivamente a España
ENRIC CANALS, - Barcelona - 24/01/1983

La Literatura Comparada no puede confundirse con la teoría de la literatura. Claudio Guillén lo explica con énfasis, precisando los términos y buscando la definición más ajustada."Es el estudio de la literatura en el sentido internacional o supranacional. Es decir, las relaciones entre las diversas literaturas y naciones, con sus traducciones e influencias, por una parte, y de otra las consideraciones a partir de un principio de realidades supranacionales, a través de los grandes géneros, formas, temas, movimientos o épocas de la literatura. Como el Renacimiento, el romanticismo, el simbolismo, el género novelesco, la rima, o el tema de Don Juan".

"La Literatura Comparada", añade Claudio Guillén, "no ha existido en España como disciplina, como tema de doctorado. En España la enseñanza de la literatura siempre ha dependido de las lenguas nacionales. Ha habido un cierto narcisimo cultural. Una obsesión de los españoles. por el problema de España. Ello hace que los estudios españoles hayan pecado de lo que el estudioso alemán Spitzer llamó hispanocentrismo español. Este hispanocentrismo ha sido evidente, tanto que no se podía hacer Literatura Comparada hasta que no hubiera un estudio de las filologías modernas, y este estudio -de la filología inglesa, francesa o italiana- se da aquí sólo desde hace pocos años".

Disciplina nueva
La Literatura Comparada es una disciplina académica relativamente nueva, pero en constante expansión."Se inicia en Francia, en Lyon, en 1895, para pasar luego a Italia. Tras la segunda guerra mundial se extendió al mundo entero. Primero a Bélgica, Holanda, Suiza y la República Federal de Alemania. Luego a la URSS, Hungría, Rumanía y Yugoslavia. Paralelamente el interés por ella se ha despertado en Estados Unidos y Canadá, y ya en Asia, Japón, China Popular, Formosa, Filipinas y la India. Ahora se abre camino en Africa, en Senegal y Nigeria, países de expresión francófona y anglófona, respectivamente. El estudio de la Literatura Comparada se ha internacionalizado porque es una forma que tiene cada nación de hablar de su literatura y situarla en el concierto cultural internacional. A los orientales les interesa, por ejemplo, porque surge para ellos la posibilidad del conocimiento de la imaginación literaria mundial".

La incorporación de Claudio Guillén a la universidad española coincide con un momento político y cultural marcado por las expectativas que ha despertado el acceso de los socialistas al Gobierno. Esta incorporación, por otra parte, se dará en una universidad catalana. Claudio Guillén no oculta una clara intencionalidad por su parte en estos dos factores.

"Creo que es justo que el estudio de la Literatura Comparada entre en España por Barcelona, por Cataluña. La vinculación de Barcelona con Europa, a través de los siglos, ha sido constante. También es importante su capacidad de innovación intelectual y artística en este siglo. Su europeización, ha sido evidente. Por otra parte también es justo que este estudio de la Literatura Comparada se inicie en este momento de la historia del país. Mi decisión tiene que ver, evidentemente, con este estado de esperanza. Sé que es difícil entrar en un sistema universitario en el que no te has formado, pero vale la pena intentarlo. Quiero quedarme definitivamente en España, pero desconozco, sin embargo, si ello será posible. Mi definitivo asentamiento en Barcelona, ciudad en la que quiero a residir, dependerá, principalmente, del interés que demuestren por la Literatura Comparada. No me he despedido de Harvard, y he optado por acogerme a una excedencia temporal.

Influencia de Jorge Guillén
Usted se formó en Estados Unidos, en donde se instaló su padre al marchar al exilio. ¿Cuales han sido las influencias que recibió en su formación, y en que medida la personalidad de su padre, Jorge Guillén, determinó el enfoque de sus estudios?. "Me doctoré en 1953, en Harvard. ¿Mis maestros? Entre los españoles trabajé con Amado Alonso, fui colega de Américo Castro,... pero debo mucho a otros hombres, como por ejemplo Pedro Salinas, a quien he oído en muchas clases, o a Francisco García Lorca, el hermano del poeta, que fue catedrático de Literatura española en Nueva York, así como a José Ferrater Mora y a Joaquín Casalduero. Ya entrando en el tema de la Literatura comparada debo citar a Renato Poggioli, un italiano antifascista, exiliado y profesor en Harvard, que fue un gran maestro para mi, y también a Harry Levin".

"En cuanto a la influencia de mi padre, añade, "debo decir que él me despertó el interés por la poesía y la literatura. Pero mi interes por el estudio de la Literatura Comparada viene, quizá, de los países que he conocido. Durante la segunda guerra mundial fui voluntario en las Fuerzas Francesas Libres del general De Gaulle. En el período comprendido entre 1943 y 1946 estuve en Africa del Norte y en el frente del este de Francia, durante el avance de los aliados hacia Alemania".

Resulta un tanto extraño que siendo hijo de Jorge Guillén, no se haya dedicado a la creación literaria...

"He renunciado a ello. No he hecho creación por no, competir con mi padre", explica con una sonrisa que nada tiene de sorna, y mucho de convencimiento y admiración hacia su padre. "Mi padre" explica, "es estupendo. Nunca me dio ninguna lección, ninguna indicación. Jamás tuvo actitud tiránica alguna hacia mí. Aprendí a convivir con él. Y eso sí, siempre dejó que estuviera junto a él. Venían a verle, cuando yo era pequeño, Federico García Lorca, Salinas o Cernuda. Yo siempre estaba presente en estos encuentros... Podría definir mi actitud o vocación diciendo que no soy un pájaro, sino un ornitólogo".

Amistad con Pla
Por el contrario ha hecho crítica. Ha publicado libros de teoría la literatura y está próxima la aparición en España de una Breve introducción a la Literatura Comparada, editada por Ariel. Ha sido profesor en la Universidad de San Diego, en California, y en la de Princeton, Nueva Jersey. Hace cinco años se incorporó de nuevo a Harvard. Ha dado numerosas conferencias y cursos. De 1950 a 1952, fue profesor en la Universidad de Colonia, en la República Federal de Alemania. Es en esta época cuando vuelve por primera vez a España, concretamente a Cataluña. "Tuve la suerte de descubrir Tamariu, en la Costa Brava, cuando aun no había la avalancha turística actual. Escribla mi tesis y tuve la gran oportunidad de conocer a Josep Pla y trabar amistad con él, que me introdujo a la literatura patalana. De él aprendí mucho. Me impresionó su gusto, su pasión por escribir y la tremenda capacidad para captar el paisaje, la gente. Yo nunca le he visto como un hombre de derechas, porque no admiraba la inercia de los hombres, sino su capacidad de innovación de reformar el país y mejorarlo. Y esto, para mi, no es ser de derechas".

Claudio Guillén leerá, a partir de entonces, catalán, sobre todo al poeta Carles Riba, próximo a su padre.

"Los más jóvenes no los conozco. Leo con interés a Foix y a Brossa, y me interesó extraordinariamente Salvat Papasseit. También descubrí a Tapies y a Guinovart".

Pese al exilio, nunca dejó de preocuparse por la situacion española. En 1977, cuando pasó un año dando clases en la Universidad de Málaga, se afilió al PSOE. En Princeton, a mediados de los años sesenta, coincidió con Enrique Tierno Galván.

"Era el año 1963. Recuerdo que le acompañé en una audiencia que solicitó a la Casa Blanca. Entonces Kennedy era presidente, aunque no pudimos hablar con él. Lo hicimos con Arthur Schlessinger, su consejero. Prolestamos por el trato de favor, la política acomodaticia y la tibieza que.el régimen de Franco recibía por parte de los Estados Unidos. Creo que sirvió de poco. Al día siguiente nos entrevistamos con un alto cargo del Departamento de Estado para hablar del mismo tema. Se nos respondió que Kennedy ya había invitado a Pau Casals para que diera un concierto y que ello era ya un acto de reconocimiento a la oposición antifranquista".

Admiración por Tierno
De Tierno Galván, Claudio Guillén asegura que es uno de los primeros pensadores que hay en España, "porque me abruma la cantidad de ensayistas pseudofilosóficos, paradójicos y lúdicos que hay, y esto no lleva a ninguna parte". Como tarea previa a su incorporación a la Universidad Autónoma de Barcelona, Claudio Guillén ha impartido en los últimos días cuatro conferencias introductorias de la Literatura Comparada. Entre conferencia y conferencia, tuvo tiempo el pasado martes de viajar a Málaga y celebrar el cumpleaños de su padre.

"Fue un acto íntimo, un día después del homenaje público que le tributaron. Estábamos su familia y algunos amigos, como Jaime Salinas, Rosa Chacel e Isabel García Lorca. Mi padre estaba contento y nos comentó que a sus noventa años, estábamos allí, con él, porque no se había muerto. Para la familia, más que el homenaje nos alegraba lo que significaba, una ocasión de poner de manifiesto el espíritu de concordia. El país necesita de estos actos de concordia, en este momento de esperanza".

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1 comentario:

J. Francisco dijo...

Donde se lee "lo que el estudioso alemán Spitzer llamó hispanocentrismo español" mi subconsciente ha querido leer 'hispanocretinismo español'.

Cosas de la mente, la Gestalt y las lecturas alternativas...

Bien rescatado y comentado el texto. Mes y año de buena añada, todo sea dicho.
:)