domingo, 7 de febrero de 2010

EL LEÓN DE DURERO Y DE SAN JERÓNIMO


Nuestro último viaje a Dublín estuvo repleto de buenas experiencias y de visitas a cuál más interesantes. A pesar del frío , de encontrarnos en el umbral de los cero grados, anduvimos a lo largo y ancho de la ciudad durante horas, por una ciudad abarcable para amantes del paseo. Ya hace unos días publiqué algo sobre la visita nocturna que hicimos a la propia verja que está a la entrada de la Biblioteca Nacional de Irlanda. Esta era una visita esperable que no nos defraudó. Sin embargo, si tuviera que quedarme con alguno de los lugares que visitamos éste será sin duda la Biblioteca Chester Beatty, situada cerca del castillo de Dublín, precisamente en los jardines. A finales del decenio de los '90 se instaló allí, en un reformado edificio del siglo XVIII, una increíble colección bibliográfica. Sir Alfred Chester Beatty era un ingeniero de minas norteamericano que ejerció una gran pasión: recopilar manuscritos, grabados y libros de diferentes continentes, en especial Europa, África del Norte, Oriente Medio y Asia oriental. Su colección de libros religiosos, en especial copias ilustradas de la Biblia y del Corán, son realmente espectaculares. Chester Beatty pasó los últimos años de su vida en Dublin, y la ciudad fue depositaria, por tanto, de su muerte y de su eternidad. El lugar donde se emplaza la biblioteca es realmente exquisito. En él se conjuga el antiguo edificio del siglo XVIII con una moderna ampliación, y todo ello queda unido en un luminoso vestíbulo que me recordó en algo a la neoyorquina Morgan Library. La tienda de la institución guardaba algunos documentos interesantes y a muy buen precio, en todo caso no tan desmesurado como en el resto de tiendas turísticas dublinesas. En particular, había unas postales antiguas de manuscritos diversos, en colores tenues, que costaban apenas unos céntimos. Pero lo que más me llamó la atención fue un pequeño grabado en oferta. Este grabado reproduce el león que aparece junto a San Jerónimo en una composición de Alberto Durero. La composición original data de 1494, poco después de su viaje a Italia. El león, según la tradición, estaba herido en una pata por causa de una astilla cuando se encontró con San Jerónimo en el desierto. Al curarle San Jerónimo, el animal permaneció junto a él, agradecido, y ahora forma parte de la propia iconografía del santo. La historia es muy parecida a la de Androcles y el león que nos relata Aulo Gelio en sus Noches áticas. Llama la atención cómo el animal posa en la imagen como si fuera un can doméstico, de una manera tranquila y apacible que me recuerda, por ejemplo, al perro que aparece junto a las Meninas en el famoso cuadro de Velázquez. No pude resistir la tentación de adqurir el pequeño grabado, sobre todo como testimonio de una visita admirable. Y tampoco me resisto a compartir este buen recuerdo con los no menos admirables lectores de este blog.



Francisco García Jurado


H.L.G.E.

7 comentarios:

J. Ernesto Aneiros dijo...

Pues creo que le han timado, ese no es el león del grabado de Durero sobre san Jerónimo en su estudio.

Francisco García Jurado dijo...

Creo que tiene Vd. bastante razón. Digamos que se trata de una versión "libre" del león de Durero, pero ni la cabeza ni el rabo coinciden. Además, el león de Durero es insuperable. Dejo aquí una dirección web para quien quiera verlo: http://www.google.es/imgres?hl=es&sa=X&rls=com.microsoft:es:IE-SearchBox&rlz=1I7ADFA_es&biw=911&bih=391&tbm=isch&prmd=imvns&tbnid=FfzC3rynRY8vCM:&imgrefurl=http://floresypalabras.blogspot.com/2012/01/alberto-durero-san-jeronimo-en-su.html&docid=f_wS1pvJJTbS1M&imgurl=http://1.bp.blogspot.com/-GqrheT2tWt0/Tw3scQWk3wI/AAAAAAAAMsg/56zAI1JHlsA/s1600/D%252525C3%252525BCrer%25252BSaint%25252BJerome%25252Bin%25252Bhis%25252Bstudy%25252B%25252528detail%25252Bn.5%25252529.jpg&w=1600&h=943&ei=tNx-UJXQGIW2hQegzoHYAw&zoom=1&iact=hc&vpx=578&vpy=92&dur=359&hovh=172&hovw=293&tx=179&ty=83&sig=116543235462693448636&page=1&tbnh=72&tbnw=123&start=0&ndsp=17&ved=1t:429,r:16,s:0,i:120 Gracias por su interés

J. Ernesto Aneiros dijo...

Pues claro, si no conoceré yo ese león: cuando era niño, en Cuba, mi padre me regaló un libro de grabados de Durero, y este, junto a "La Muerte y el Caballero", son mis preferidos.

Francisco García Jurado dijo...

Pues hay que reconocer a su padre un gusto excelente por el arte.

J. Ernesto Aneiros dijo...

Ya ve usted, un hijo de pobres inmigrantes gallegos que apenas cursó secundaria (no sé como la llamaran uds en España, acá se le llama high school). No por gusto trascienden esas obras, aunque siempre algo ponemos nosotros los que las disfrutamos, si estamos de acuerdo con Marcel Duchamp.

Francisco García Jurado dijo...

Pues ehnorabuena por ese padre con talento, sobre todo para transmitirle a Vd. el gusto por el arte. Ha sido un placer conocerle

J. Ernesto Aneiros dijo...

Pues gracias Francisco por los parabienes, nos leemos, que hay pocas cosas en este mundo mejores que el oficio de Lector!