viernes, 25 de septiembre de 2009

LAS NUEVAS NACIONES: ANTONIO JULIANO Y SÉNECA

Envié hace un par de días a mi consdiscípulo y amigo, el profesor José Torres Guerra, mi contribución para la reunión científica (ahora las llaman "workshops") que se va a celebrar en la Universidad de Navarra para el 9 de octubre de 2009. Todo esto se realiza dentro de las actividades de su dinámico grupo de investigación denominado GRAECIA CAPTA, y centrado en el estudio de los influjos romanos en la cultura griega, frente a lo más esperable y conocido, es decir, el influjo griego sobre Roma, que se formula lacónicamente con el conocido ROMA CAPTA horaciano. La Historia Antigua y la Filología Clásica andan ahora muy implicadas en todo esto que venimos en llamar multiculturalidad. Hoy día se estudian abundantemente (y así lo he visto también en Harvard) las llamadas "estrategias retóricas" de los autores antiguos que nos permitan encontrar este tipo de aspectos que sólo en nuestros tiempos han alcanzado las bases conceptuales necesarias para su existencia oficial. Todavía recuerdo cómo una guapa guía turística nos mostraba en el Palacio Real de Palermo la inscripción trilingüe que aparece en la imagen como símbolo de convivencia y de "tolerancia" de los normandos dominadores hacia otras culturas. El mito de la convivencia es un mito historiográfico que exige una compleja elaboración y en todo caso no debe caer en los anacronismos o la banalazación de las "Alianzas de Civilizaciones". Bueno, esto es el signo de los tiempos. En todo caso, las personas inteligentes, como mi colega José Torres, son capaces de recoger los nuevos enfoques para hacer que la Filología avance sin que ésta pierda la pulcritud ("acribía") que siempre la ha caracterizado. La reunión trata sobre asuntos propios del bilingüismo grecolatino. Yo quise, como audaz hipótesis de trabajo, volver a los textos de Aulo Gelio para intentar dilucidar cuál es su visión de lo que nosotros entendemos hoy como Literatura griega y latina. Muchas paradojas han surgido en este estudio (que no puedo relatar en un mero blog) acerca de ideas que a nosotros nos parecen "naturales", como, por ejemplo, la relación entre una literatura y una lengua. Aulo Gelio retrata en sus Noches áticas a personajes que han adoptado una lengua diferente a la de su nacimiento. Este es el caso del filósofo Favorino, nacido en la Galia, pero grecoparlante por decision propia. Asimismo, unos griegos pretenden reírse de un Hispano, Antonio Juliano, por su peculiar acento al hablar latín. Es como si un inglés de Oxford criticara a un americano de Texas. Favorino es legalmente ciudadano romano, pero habla sin ambages de "sus paisanos" los galos, y se siente griego en Roma. Antonio Juliano es romano de Hispania, y se siente romano. Junto a la adscripción legal está el sentimiento de pertenencia a una nación, aspectos que pueden ser complementarios o antagónicos, pero en todo caso distintos. Curiosamente, Antonio Juliano pasará después a la historia de los autores hispano-latinos, que hasta cierto momento constituyeron la base de lo que luego sería llamada la Literatura española. Asimismo, Séneca también pasará luego, por estos avatares de la Historia, a ser considerado "español" (Ganivet convierte esta españolidad en un argumento), con consecuencias curiosas e imprevistas. El valenciano Luis Vives criticó duramente a Aulo Gelio porque éste había criticado, a su vez, a Séneca. Un español no podía consentir que se criticara a un gran español, natural de Córdoba. El filólogo francés Henricus Stephanus, o Henri Etienne, cargó después contra Vives por haber criticado a Gelio. Imagino que Etienne sentiría que el galo Favorino, tan admirado por Gelio, era un motivo suficiente como para atraer a Gelio hacia el bando francés. No en vano, Favorino y Gelio inspiraron con el tiempo la creación de una de las grandes obras de la literatura francesa: los Ensayos de Montaigne. En fin, de todas estas cosas, naturalmente, Gelio no tendría ni idea. No sé qué hubiera pensado del laberinto nacional que se avecinaba tras la caída del Imperio Romano.

Francisco García Jurado
H.L.G.E.

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